miércoles, 18 de marzo de 2015

Día 53


En proyectos grandes se ha puesto muy de moda las metodologías de desarrollo ágil de software.
No son más que métodos que intentan minimizar los riesgos del desarrollo e intentar acelerarlos. 
En la ingeniería del software tradicional las fases del desarrollo estaban super separadas y seguían un orden establecido. Empezabas por una especificación, en base a esa especificación se realizaba un análisis, diseño y bla bla bla. Se realizaban reuniones super tediosas e inútiles en las que todos acaban pudiendo identificar por el olor, a quien pertenecía cada pedo.

En el desarrollo ágil se da mucho peso al conocimiento de los miembros del equipo, personas más multidisciplinares con mayor autogestión. Se dice que son procesos iterativos, y que en cada iteración que no suelen durar más de 4 semanas, el software debe ser completamente funcional sobre la parte trabajada.
A muchos os sonará Scrum, que es una de las metodologías ágiles más populares. En ella, se realizan varios tipos de reuniones diferentes, todas con objetivos bastante diferentes, y en mi opinión útiles.
Una diaria (Daily Scrum) en la que se contesta a 3 preguntas, qué coño hiciste ayer, qué cojones piensas hacer para mañana y si has tenido algún jodido problema.
Después están las reuniones de cada inicio de lo que ellos llaman Sprint, en la que se planifica qué se debe hacer durante la iteración o Sprint (15 a 30 días) y quien es el guapo/a que hará cada cosa.
Los Sprints Reviews y Retrospective, y también los Scrum de Scrums, y seguro que me dejo más.

Bueno, en resumidas cuentas tenemos tropas de frikis que se pasan todo el fuc**** day reuniéndose, y desarrollando de forma ágil cual cabras montesas.

Yo desarrollando solo, mi metodología de desarrollo ágil consiste en que me subo a la mesa de un salto, rompo los platos o lo que haya y mi mujer me pregunta ¿qué cojones estás haciendo? Y según los desperfectos ocasionados, inicio un Sprint de entre 5 a 10 km.

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